viernes, 19 de mayo de 2017

LOS JUGADORES DE AJEDREZ DE LIBERALE DA VERONA


Liberale da Verona fue un pintor y miniaturista italiano del Renacimiento. Procedente de una familia de pintores, en su estilo se encuentra la influencia de los artistas veroneses Jacopo Bellini y Andrea Mantegna y la de Gerolamo da Cremona, artista con el que colaboró en distintas obras y con el que a veces se le confunde. El estilo de Liberale está en la transición entre el gótico tardío y el primer arte del quattrocento.

Con el nombre conjunto de Novella dei giocatori di scacchi (novela de los jugadores de ajedrez) se conoce a dos tablas realizadas por este autor que se conservan en el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York (MET); siendo una de ellas, conocida individualmente como Los jugadores de ajedrez, la que encabeza estas líneas y la otra, Escena de una novela, la que puede verse siguiendo este enlace. Son dos temperas sobre tabla que se cree que sirvieron como decoración para los paneles frontales de un cassone nupcial. Ambas obras se realizaron sobre el año 1475 y, antes de acreditarse la autoría de Liberale, fueron a atribuidas a Francesco di Giorgio o a Gerolamo da Cremona.

Los cassoni, llamados en España arcas de boda, eran cofres o arcones que se instalaban en la cámara nupcial el día de los esponsales con objeto de albergar la dote que la familia de la novia aportaba al matrimonio. Eran un elemento suntuario y probablemente constituían la pieza más importante del mobiliario de la nueva familia y solían colocarse a los pies de la cama. La costumbre de regalar estos cofres se inició en los últimos años de la Alta Edad Media y principios del Renacimiento en el norte de Italia. Su propia naturaleza facilitó que fueran lujosamente decorados y algunos de los mejores pintores de la época, como es el caso de Liberale da Verona, recibían el encargo realizarlos.

Al tratarse de un objeto privado, perteneciente al ámbito doméstico, la iconografía presente en estos cassoni solía ser profana y, dada su finalidad como regalo de boda, su temática celebraba con frecuencia el triunfo del amor. 

Con el paso del tiempo, muchos de estos cassoni cayeron en manos de coleccionistas privados o de anticuarios que valoraban más las pinturas que los decoraban que los muebles en su conjunto. Así, muchos de ellos fueron desmontados para conservar las pinturas mientras que los armazones que las contenían fueron desechados. Aparte de romper y descontextualizar la obra en concreto, esta práctica propició la pérdida de algunas de las tablas y la separación de otras, que por distintos avatares terminaron en colecciones o museos distintos, dificultando la compresión de los programas iconográficos que se idearon para ellas. Tal es el caso de la Novella dei giocatori di scacchi. Tradicionalmente, se pensaba que las dos tablas mencionadas, que con posterioridad llegaron al MET procedentes de colecciones distintas, formaban parte de una misma obra pero se tardó más en relacionar una tercera tabla, conservada en Florencia, que es la prolongación de la parte izquierda de Los jugadores de ajedrez. Aunque así, por lo menos, ha quedado completo este panel, aún se ignora si faltan todavía por aparecer otras piezas que pudieran completar la decoración de otras partes del cassone.

Un fotomontaje digital de los tres fragmentos da el siguiente resultado:


Los historiadores piensan que la obra así reconstruida representa dos escenas sucesivas de una misma novella (la novella renacentista era más bien un cuento corto que una novela tal y como hoy las concebimos). Pese a todo, ha sido imposible establecer con seguridad a qué novella pertenecen las escenas representadas.

Lo que vemos en las obras es lo siguiente: 

En la tabla Escena de una novela vemos a un joven, sentado sobre unas rocas, conversando con una muchacha que se asoma desde el balcón de una edificación. El hombre va acompañado por otros tres jóvenes que permanecen de pie detrás de él. La gestualidad de los dos protagonistas principales es compleja y difícil de interpretar intuitivamente. Tradicionalmente se ha pensado que esta escena muestra el desarrollo de un cortejo amoroso (la tradición de apostarse frente a la ventana de la amada ha durado hasta hace bien poco y ha dejado una huella profunda en todas las artes).

En la tabla de Los jugadores de ajedrez vemos a los dos mismos protagonistas sentados a una mesa delante de un tablero de ajedrez. Detrás del hombre están, aparentemente (hay algún cambio en la vestimenta), los tres mismos compañeros de la tabla precedente y más atrás aún, otro grupo de jóvenes. Todos ellos parecen seguir con expectación la partida. Detrás de la mujer se disponen otras tres jóvenes, más una cuarta medio tapada, y podemos suponer que si las dimensiones del cassone hubieran permitido prolongar la escena habría un número de mujeres similar al de hombres que hay al otro lado de la composición. A diferencia de los hombres, las mujeres parecen desentenderse de la partida y sus rostros reflejan unas emociones más intensas que las de aquellos: enfado, angustia, tristeza o disgusto. Tampoco la cara de la protagonista parece expresar una gran dicha precisamente. De este hecho, algunos investigadores deducen que la pintura representa el momento en el que la mujer acaba (o está a punto) de perder la partida. 

Se ignora para qué novios se realizó este cassone. Se ha sugerido, en cualquier caso, que debía ser para unos contrayentes pertenecientes a la burguesía y no a la aristocracia por la ausencia de componentes heráldicos en la composición. En cualquier caso, la finalidad como regalo nupcial de este objeto no casa muy bien con una interpretación que sugiera que el enlace representa una pérdida para la novia.

De todas formas, una mirada de cerca al tablero no nos aclara el tema de quién ganó la partida porque la representación del juego no es realista. Están jugando sobre un extraño tablero de 14 por 8 casillas en el que todas las piezas son del mismo color. Lo seguro es que el hombre esta ejecutando una jugada sosteniendo entre el pulgar y el índice de su mano izquierda una pieza difícil de identificar.


Para intentar comprender qué quiere decir lo representado se ha recurrido, como hemos dicho, a la literatura. Inicialmente se propuso como fuente de inspiración para esta escena un cantar de gesta francés del siglo XIII, Huon de Burdeos. El argumento de este cantar es el siguiente: Huon, que ha matado accidentalmente al hijo del emperador Carlomagno, será condenado a muerte sino cumple una serie misiones aparentemente imposibles de realizar. Básicamente tiene que viajar allende el Mar Rojo, ir a la corte de Gaudisse, emir de Babilonia, entrar en su palacio cuando estén sentados a comer, matar al primer caballero que le salga al paso, besar tres veces a Esclaramunda, la hija del emir, y:

le demandaréis de mi parte —dice Carlomagno— que me envíe mil gavilanes mudados, mil osos, mil perros de presa bien encadenados, mil jóvenes de noble linaje, mil doncellas de gran belleza. Y de su barba, el blanco bigote; y de su boca, cuatro muelas.

Carlomagno, con este encargo, realmente estaba condenando a muerte a Huon.

En esas de cumplir el encargo estaba Huon cuando fue capturado por Yvorin, el hermano de Gaudisse. Yvorin preguntó al cristiano que qué sabía hacer y este le contestó que, entre otras muchas cosas, jugaba muy bien al ajedrez. Yvorin, entonces, le propuso un reto: se enfrentaría con su hija que nunca había perdido una partida de ajedrez y era una doncella de gran belleza. Si ganara, permitirá que Huon pasara la noche con su hija y le recompensaría con una gran suma; si perdiera, perdería también la cabeza.

Huon aceptó y ya al poco de comenzar la partida parecía claro que iba a perder la cabeza en su lentido lato. Pero la hija de Yvorin pensaba de otra manera, se había enamorado de Huon y se dejó ganar la partida. Huon, vencedor inesperado, aceptó el premio en metálico pero rehusó pasar la noche con la princesa lo que motivó la cólera de esta y su arrepentimiento por no haber dado mate a Huon. Al final y con la ayuda de Oberón, rey de las hadas, Huon logrará cumplir el encargo de Carlomagno y regresar a Francia.

Sin embargo, hoy en día los historiadores rechazan que sea Huon de Burdeos la fuente iconográfica de estas dos tablas. Sobre todo porque la Escena de una novela no puede relacionarse con nada de lo que pasa en el cantar de gesta. Aparte de que los jóvenes, vestidos a la moda de Siena, que acompañan al protagonista de la tabla Los jugadores de ajedrez mal se acomodan como feroces piratas sarracenos. Tampoco se ha encontrado nada que se corresponda adecuadamente con lo visto en las muchas obras medievales en las que el ajedrez hace presencia.

Así pues, el significado de esta obra permanece oculto, aumentando el fascinante misterio que emana de la tabla. ¿Quiénes son las personas retratadas? ¿Qué significa la partida de ajedrez? ¿Representa relamente a unos novio? ¿Qué apuesta había en juego que fuera lo suficientemente alta para explicar la turbación de las doncellas que acompañan a la dama protagonista? Quizá un día un hallazgo casual o el acierto de un historiador nos permita interpretar adecuadamente esta obra.

FICHA TÉCNICA
LIBERALE DA VERONA
LOS JUGADORES DE AJEDREZ circa 1475
TEMPERA SOBRE TABLA. 34,9 x 41,3 cm.
MUSEO METROPOLITANO DE ARTE DE NUEVA YORK

ANÓNIMO
HUON DE BURDEOS
SIRUELA. MADRID, 2002
TRADUCCIÓN DE JAVIER MARTÍN LALANDA

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