miércoles, 24 de abril de 2024
DE PROFESIÓN: REPORTERO, UNA PELÍCULA DE MICHELANGELO ANTONIONI
martes, 23 de abril de 2024
TODO CUANTO AMÉ, DE SIRI HUSTVEDT
En la novela de Siri Hustvedt Todo cuanto amé encontramos una referencia al ajedrez. La novela explora temas recurrentes en la producción de la novelista norteamericana como la creación artística, el mundo del arte contemporáneo en la Nueva York de finales del siglo XX y, particularmente en esta novela, la amistad, el duelo ante una pérdida dolorosa y las enfermedades mentales relacionadas con las sociedades en las que aparecen.
El protagonista y narrador de la novela tiene que regalar algo al hijo de su mejor amigo, un adolescente de trece años, que se ha convertido en un gran apoyo después de que su propio hijo falleciera.
Durante varias semanas estuve dándole vueltas a la cabeza, intentando decidir qué le regalaría a Mark, pero me decidí por un juego de ajedrez, un tablero precioso con piezas talladas que me recordaban a mi padre, de quien había aprendido el juego. Me constaba que Mark nunca había aprendido a jugar.
En el regalo están incluidas clases personales. Leo, el protagonista, se ilusiona con los progresos iniciales de Mark, pero como pasa muchas veces el adolescente solo juega por complacer al amigo de su padre, al considera como un tío carnal.
Mark aprendió a jugar a gran velocidad. Era un ajedrecista vivo e inteligente, y su habilidad me estimulaba. Le dije la verdad: no solo había aprendido los movimientos, sino que poseía la actitud imperturbable que precisa todo buen jugador, esa indiferencia estudiada que yo nunca había conseguido dominar pero que bastaba para hacer perder los nervios incluso a un oponente de fuerza superior. A medida que aumentaba mi entusiasmo decrecía el de Mark. Le dije que debería unirse al equipo de ajedrez del colegio y él prometió considerar la posibilidad, pero no creo que llegara a hacerlo nunca. Adquirí la sensación de que jugaba más para complacerme a mí que a sí mismo y, discretamente, no volví a insistirle. Si le apetece jugar, de dije a Bill, ya me lo pedirá él. Nunca lo hizo.
TODO CUANTO AMÉ
SEIX BARRAL. BARCELONA, 2018
TRADUCCIÓN DE GIAN CASTELLI GAIR
lunes, 22 de abril de 2024
MANOLO PRIETO ILUSTRA A POE
domingo, 21 de abril de 2024
BLUES
sábado, 20 de abril de 2024
ARIANA ITZAMARA VILCHIS SÁNCHEZ
viernes, 19 de abril de 2024
PARTIDA DE AJEDREZ, DE JOSÉ TRIANA
Veía yo aquellos cuerpos dibujarse
inhabituales, lerdos, tan solemnes,
parados, dóciles, de penitencia,
grises siluetas de una remembranza,
un teatro de feria o Gran Guiñol,
mientras la flauta gime, allá, en la luna
y el aire se va atestando de grillos,
y un efluvio de fruta y yerba buena
aviva crucigramas voluptuosos
y fantasmas que asustan la ceniza.
(No hablo de símbolos ni metáforas,
era un hecho concreto, natural).
Veía yo, decía, aquellos cuerpos
dibujarse con la tranquilidad
de un vergel melancólico, pero único.
Un vergel que propone aguas dormidas.
Majestuosamente ahí están, seguros
-los reyes, las reinas, y los alfiles
y caballos y torres, en su escaque,
iguales a las deidades del sueño.
Y de pronto la reina le propina
un mordisco al alfil. Gritos y ruidos
pueblan este tablero de ajedrez
que ahora es un simple campo de batalla.
Yo me estuve impasible por abstracto
ignorando si entraba o si salía
pues la reina exigía tres peones
de los macizos puertos de Bretaña.
Desde el umbral es un rey quien pregunta
por la estúpida fiesta de la alondra,
¿qué sostiene el aire que no cesa
y ese incierto galope de cosquillas?
Pase usted a la esquina del tablero,
dispóngase a sufrir cualquier tormento,
que la reina repite nueva hazaña
buscando entre las tapias el otoño.
Yo miraba al vacío en el tapiz,
conquistando aquel sitio de penumbra
cuando otro alfil se coloca en acecho
y recibe un enjambre de sarcasmos.
Ditirámbicos mueven sus caretas
los insolentes reyes, sus lisonjas
divierten al procurador locuaz
como un rosado séquito de plumas.
Inesperadamente otra reina abre
una brecha y se inicia un azaroso
ir y venir de señas, contraseñas
y un sin fin de maneras tortuosas.
Vea usted el flanco izquierdo, distraiga
al enemigo, no detenga el juego,
utilice un sofisma más sutil,
un veneno de suaves llamaradas.
Alguien me empuja y me pone en los bordes:
este gesto podría delatarme,
estoy en juego, en juego, anzuelo y pez,
triste reo delante de sus jueces.
Toca una mano al rey de voz tronante
y el caballito piafa por el bosque
de las íntimas perlas del murmullo,
por el río del árbol hechizado.
Es muy tarde, decía, pero venga,
la cuestión es rendir el cerco impuesto.
Y entonces una torre languidece
al cegarla los lentes del miope.
Furioso el otro rey pierde su sitio
por vagas confusiones, titubeos
de si es aquí o allá lo que sucede,
debo esperar un poco por si acaso.
Aunque la reina nada entre dos aguas
se queda adormilada en el chubasco,
ajena o rechazando el vendaval
que se aproxima sobre su cabeza.
Yo me oculto al zumbido, a la proclama
del alfil sentencioso, ¿quién afirma
las naves del rocío, quien expone
esos guantes y lágrimas tremendas?
El alfil no discute, sólo atiende
a los dedos que la reina ensortija
si un peón la embiste o le ofrece rápida
una tregua posible el caballito.
Adéntrase otra reina y otro rey
en una zona para mi difusa
donde la oscuridad se come el musgo
de las viejas cisternas agobiadas.
Los alfiles conciertan con las torres
ejercicios celestes y se fingen
cazadores de un ciervo sumergido
en el ámbito hermético del mar.
El trote de un caballo me despierta,
toma un escaque y otro por la esquina.
Este juego remeda las brumosas
teorías de algún verso imposible
escrito en las paredes de agrietado
barro. Paredes de lluvia y de trueno,
inmóviles e irreales como el verso
escrito por de pronto sin saberse.
Si todos los relojes se reunieran
no sentiría usted un vértigo tan hondo.
Relinchos y galopes desbocados
agregan a la inmensa polvareda
un circuito feroz de rotas flechas
y los estruendos de las reinas locas
que hacen visajes en los espejos
y se bañan desnudas en el lago.
Los dos reyes coinciden frente a frente,
sus barbas ya relucen, ya se apagan;
maldiciones profieren, muerden dardos
de mimbres de una extraña dinastía,
semejantes a las moscas feroces
enhebrando sus dédalos de insomnio,
devastando los campos del orégano,
inventando un aullido de ultratumba.
Todo crece en la noche y se propaga
en largos aletazos de sirena.
Vea usted hacia arriba, por la cuesta
el tablero del cielo frío sirve
ojillos de diamantes a pedazos
ardientes y veloces y suspiros.
Yo me entrego a este júbilo sereno,
la luna monologa claramente.
A la carga la reina salta sobre
un peón, forcejea y lo encabalga
con golpes diestros y salvajes gritos
y le apunta un puñal en la tetilla
izquierda, lanza espumajos amargos,
a carcajadas ríe, algo le nubla
el ojo turbio, algo arde en el desierto,
cayendo a su costado derrotada.
Mas los reyes en ronda vociferan
invocando a un fetiche de alas negras,
y cruza un jabalí por lo impalpable,
y gana el estupor paños de sombra,
y se apartan, y con paso muy feble
giran y giran, llenando el espacio
aquellas manos gigantes, aquellos
rostros y el último estertor de un rezo.
De rodilla y a coro los alfiles
planicies de sangre evocan, cadáveres
dispersos en las escaleras, cirios
en las calles y ráfagas de olvido.
La mano del miope se apacigua,
acá, en el prado de los girasoles,
cuando la del procurador confunde
el enroque virtual y el Jaque mate.
Yo me asomo a la orilla meditando:
Manos son las que nos guían, atroces
manos sonámbulas, manos febriles,
manos de las obstinaciones, manos
matemáticamente despiadadas,
trazando leyes y torpes propósitos
y queriendo borrar con sus proezas
la infamia de un pensamiento tiránico.
O es todo lo contrario. Astutamente
nuestros cuerpos atraen unas bellas
manos invitadas a una fiesta de hojas
locuaces, a una música que arrastra
ese gesto que hacemos de añoranza,
de alegría o de miedo entre los árboles,
y no somos nosotros sino esas manos
las que deciden nuestras abyecciones.
Incapaces las tropas ya no saben
si en sueños o en vigilia se organizan
inauditos desastres o rumores
de que en masa las águilas vendrán.
De dos gotas de sangre de una niña
surgen peces de escamas prodigiosas,
sus aletas se mueven y son barcas
o cenefas gloriosas que uno olvida.
Un muchacho se vuelve una paloma
y misteriosamente en una rampa
muere por el olor de unas adelfas
que nunca nadie ha visto ni conoce.
La lucha se reanuda por el alba
que los toques marciales vituperan.
¿Acaso no se aterran los caballos
cuando las torres caen destrozadas
o cuando los alfiles se desbandan
sembrando paso a paso destrucciones?
¿Dónde los reyes van? ¿Dónde las reinas?
Yo como fiel peón quedo extasiado.
OTRO RETRATO OLVIDADO (1990)
POESÍA COMPLETA VOLUMEN I
ADUANA VIEJA. VALENCIA, 2011
jueves, 18 de abril de 2024
VICTORIA MORTIS
Victoria Mortis es una obra de 1921 del sueco Owe Zerge (1894-1983)
Zerge fue un pintor de retratos y naturalezas muertas bastante exitoso en su tiempo, ya que recibió gran número de encargos que le permitieron ganarse razonablemente la vida. Su estilo era realista y no varió gran cosa a lo largo de su dilatada existencia. En una fecha tan tardía como 1976, él mismo ironizaba sobre su anticuado modo de pintar, pero añadía que no creía mejorar a sus modelos si les ponía «un ojo en la frente o la nariz en el pecho».
Victoria Mortis, en la estela de El triunfo de la muerte de Pieter Brueghel, nos habla de la victoria de la muerte sobre el mundo. En un escenario desnudo, en el que solo están presentes dos figuras, semicubiertas apenas por un manto, destaca el reloj de arena, símbolo tradicional de lo efímero de la vida y del rápido transcurrir del tiempo.
Que la muerte llega rápido es algo que los piratas, por su oficio, sabían muy bien. Por eso, y para meter miedo, muchos añadían a las calaveras y tibias de la Jolly Rogers un reloj de arena. El mensaje para sus enemigos estaba claro: os queda poco. Tal es también el sentido en este caso.
Sin embargo, el reloj de arena también simboliza la mediación entre el cielo y la tierra, la capacidad de renacer, pues la simple inversión ocasiona un nuevo comienzo. Es en este sentido, creemos, en el que debemos interpretar este cuadro, en la línea de otras obras suyas en las que, apoyándose en Francisco de Asís, advierte que nadie escapará de la muerte y que más vale estar preparado cuando esta llegue.
En los últimos años, el gran número de retratos de jóvenes y niños, algunos de ellos desnudos, que pueblan la producción de Owe Zerge (pese a que es difícil encontrar algo directamente sexual en ellos) le han puesto en el punto de mira de los guardianes de la moral y en algunos sitios su obra se tilda de inadecuada.
VICTORIA MORTIS, 1921
ÓLEO SOBRE TABLA. 45 x 49 cm.
COLECCIÓN PARTICULAR
miércoles, 17 de abril de 2024
NIGEL SHORT, POR BARRY MARTIN
SERIGRAFÍA SOBRE SEDA. 51,4 x 37,7 cm.
GALERÍA NACIONAL DE RETRATOS, LONDRES
martes, 16 de abril de 2024
LA TUMBA DE STAUNTON
lunes, 15 de abril de 2024
TEENY DUCHAMP vs BARRY MARTIN
domingo, 14 de abril de 2024
EQUILIBRIO
FOTOGRAFÍA. COPIA RELIZADA CON IMPRESESORA LÁSER DE TINTA
COLECCIÓN PARTICULAR
sábado, 13 de abril de 2024
EL PARALELO 49
Las negras juegan g5 a golpe de Luger, aunque podrían haber capturado la dama con Dxe7 |
Raymond Lovell, interpretando al teniente Kuhnecke, obliga a jugar al factor interpretado por Finlay Currie |
viernes, 12 de abril de 2024
EDUARDO SCALA
jueves, 11 de abril de 2024
A DE AJEDREZ
miércoles, 10 de abril de 2024
LOS ENCICLOPEDISTAS
Si descendemos al detalle, las cosas no están tan bien en el tablero. Parece que lo que se ha intentado es terminar la partida con un mate de la coz, previo sacrificio de las dos torres negras. Este mate también recibe incorrectamente el nombre de «mate Philidor», lo que estaría en consonancia con la época en la que transcurre la historia ya que Philidor fue el mejor jugador del mundo en el siglo XVIII. Pero hay un evidente error. En la tercera y cuarta viñetas, las blancas tienen tres alfiles, dos de ellos de casillas negras.
JOSÉ A. PÉREZ LEDO (GUIÓN) & ALEX ORBE (DIBUJO)
ASTIBERRI. BILBAO, 2018
martes, 9 de abril de 2024
PLANETA PROHIBIDO
Forbidden Planet es una novela de ciencia ficción escrita en 1961 por Robert Lionel Fanthorpe (1935) bajo el seudónimo de John E. Muller.
En un lejanísimo futuro, el universo habitado se ha extendido a millones de galaxias. Un sector del cosmos, conocido como ZG3/M2, consta de 64 planetas. El mapa estelar de la zona representa esa vasta extensión como un damero de 64 casillas.
Hay cinco razas inteligentes en ese universo: los humanoides (descendientes de los antiguos pobladores de La Tierra), los zurgs, los garaks, los pralos y los gishgilks. Cada una de estas razas utiliza una forma de transporte diferente para desplazarse por los distintos planetas. Esas formas de transporte se correspondían con el movimiento de las piezas de ajedrez. Un juego que hacía mucho tiempo que había caído en el olvido.
La trama de la novela cuenta como dos humanoides son controlados por dos entidades poderosísimas y enfrentados en una partida de ajedrez galáctica en la que los trebejos son un rey (los dos humanoides), dos pralos (torres), dos zurgs (caballos), dos garaks (alfiles) y un gishgilk (dama) elegidos al azar. Otros ocho humanoides conforman los peones de cada bando. La captura de una de las piezas supone la muerte de quien representa el trebejo en cuestión.
Los humanoides no saben lo que está pasando, simplemente se sienten impelidos a transmitir ciertas instrucciones a «sus» hombres, que estos cumplen sin rechistar. Tardarán cierto tiempo en descubrir que están jugando a un antiguo juego de La Tierra, el ajedrez, que llevaba milenios olvidado. Cuando lo hacen, ponen en marcha un plan para entorpecer los planes de las entidades que les manejan. Ambos «reyes» trabajan de consuno para lograr unas tablas e impedir cualquier otro intercambio de piezas, ya que implicaría más muertes. Finalmente, un motivo técnico provoca la anulación de la partida.
En el proceso de investigación sobre el juego, uno de los humanoides habla de los jugadores del pasado:
El ajedrez era más que un juego; para los verdaderos entusiastas, aparentemente era una clase de vida; vivían casi para esto. Había profesionales que no hacían otra cosa; lo comían, lo dormían, lo respiraban, lo absorbían a través de los poros de su piel. Lo era todo para ellos. Para ellos vivir era ajedrez...
Fanthorpe reflexiona en el libro sobre las teorías de Charles Hoy Fort (1874-1932), un conocido parapsicólogo muy influyente en muchos escritores de ciencia ficción, y sobre la esencia de la divinidad y sus atributos, no en vano es profesor de Estudios Religiosos y pastor anglicano. Yendo un paso más allá que el alemán Gustav Schenk (1905-1969) —a quien se atribuye la frase: «los hombres debieron ser en algún momento semidioses, si no, no hubieran inventado el ajedrez»—, uno de los personajes plantea que el ajedrez hubiera podido ser inventado por esos semidioses y luego regalado a la humanidad.
El punto fundamental de la novela es la defensa de la libertad de elegir el destino, que reivindican los dos reyes humanoides cuando descubren que están siendo manipulados —o que sirven de medio de transmisión— por otras entidades. Es pues una defensa del libre albedrío, de la capacidad de elegir y de la independencia de criterio ante imposiciones externas.
Para ser semidivinas y haber tenido la eternidad para estudiar el juego, el nivel de las entidades extraterrestres —sobre todo de una de ellas— es sorprendentemente flojo.
Los primeros movimientos de la partida son los siguientes: 1 e4 e5 2 ♘f3 d5 3 d3 c6 5♗f4 ♝e7 6 f3 g5 7 ♘f7 con varias jugadas muy cuestionables para ambos bandos. Después de la jugada séptima, los humanoides descubren lo que pasa y se confabulan para boicotear la partida. Se hacen algunas jugadas más, pero pronto la partida se suspenderá. Véanla, si quieren, en un tablero interactivo.
La repetición constante de las coordenadas entre las que se están moviendo los personajes, la explicación de los modos de transporte de las distintas razas y, por fin, la explicación de los movimientos de las piezas de ajedrez hacen la lectura del libro algo farragosa. Además, incurre en el frecuente error de pensar que una partida de ajedrez puede corresponderse con hechos de la vida cotidiana cuando es evidente que en el ajedrez los golpes solo te los pueden dar de uno en uno, y siempre puedes responder, mientras que en la vida los mamporros te puede venir de tres en tres. Y sin derecho a réplica la mayoría de las veces.
Terminamos con las últimas líneas del libro, un brindis que compartimos:
¡A la salud del ajedrez! —propuso Prince—. Siempre que se juegue en un tablero y con pequeñas piezas de madera...
lunes, 8 de abril de 2024
GUY ROWE
domingo, 7 de abril de 2024
NONA GAPRINDASHVILI
sábado, 6 de abril de 2024
CHRISTIAN KROHN
viernes, 5 de abril de 2024
MEMORIAS DE UN DIBUJANTE EN PIJAMA
Ajedrez incidental en las Memorias de un dibujante en pijama de Paco Roca.
Roca (1969) defiende contar historias cotidianas (uno de sus personajes dice que hay cosas interesantes en lo cotidiano), narradas de forma sencilla y con una paginación clásica.
En la viñeta que mostramos hoy, perteneciente a la tira Dadme un punto de apoyo..., el personaje protagonista, más que probable alter ego del autor, cuenta sus dificultades para entablar conversaciones banales con extraños y su deseo de viajar tranquilo y en silencio.
En ese viaje de tren en particular, el viajero parlanchín resultó ser ajedrecista. Doble castigo.
MEMORIAS DE UN DIBUJANTE EN PIJAMA. EL INTEGRAL
ASTIBERRI EDICIONES. BILBAO, 2022
jueves, 4 de abril de 2024
ZOLTÁN GLASS
miércoles, 3 de abril de 2024
TURE FABIANSSON
martes, 2 de abril de 2024
KATHRYN RATHKE
lunes, 1 de abril de 2024
VASYL YERMILOV
Fue decorador del grupo de agitprop «Ucrania roja» para el que presentó en 1920 un proyecto para la decoración mural del Club del Ejército Rojo en Járkiv. Una de sus salas, llamada Sala de Ajedrez, presentaba motivos alusivos al juego.
domingo, 31 de marzo de 2024
SØREN KIERKEGAARD
Hay una cita célebre del filósofo danés Søren Kierkegaard (1813-1855) que menciona el ajedrez. Aparece en su primera obra Enten – Eller (O lo uno o lo otro, 1843) y dice así:
Me siento como debe sentirse un peón sobre el tablero de ajedrez cuando el contrario dice de él: este peón no puede moverse.
Nunca he entendido muy bien a qué se refiere el filósofo. Pero supongo que alude a un peón clavado que está sometido a presión (a ataque) pero no puede hacer nada por evitarlo. No puede ir a otro sitio y dejar la amenaza atrás.
SØREN KIERKEGAARD JUGANDO AL AJEDREZ
PLUMA Y TINTA CON AGUADA SOBRE PAPEL
COLECCIÓN PARTICULAR
sábado, 30 de marzo de 2024
ME QUEDA JUEGO TODAVÍA. NO SÉ CUANTO. PERO ALGO, SÍ.
La frase que encabeza esta nota es la respuesta que dio el tenista André Agassi cuando le preguntaron por qué no abandonaba la práctica deportiva pese a los dolores que arrastraba: «así me gano la vida. Me queda juego todavía. No sé cuánto, pero algo sí». La historia se cuenta en Open: an Autobiography, escrito al alimón por el propio tenista y J. R. Moehringer.
A partir de esta frase, el escritor italiano Alessandro Baricco (1958) reflexionó, en un artículo dedicado a dicho libro, sobre las cosas que dan sentido a la vida. En él, hay una referencia al ajedrez.
Creo que la búsqueda de sentido es una suerte de partida de ajedrez, dura y solitaria, que no se puede ganar abandonando el tablero y yendo a preparar el almuerzo para todos. Es evidente que cuidar de los demás es bueno y es un gesto correcto, inevitable y necesario. Pero nunca he pensado que tuviera algo que ver con el sentido de la vida. Me temo que el sentido de la vida es arrancarse la felicidad a uno mismo. Todo lo demás es una suerte de lujo del alma. O de miseria, según el caso.
Por otra parte, también es posible que me equivoque. Es un simple pensamiento instintivo, una determinada forma de ver el mundo.
El artículo entero puede leerse aquí.
También está recogido en la antología de críticas literarias que Baricco publicó en el diario La Repubblica, editado por Feltrinelli en 2013 bajo el título de Una certa idea di mondo.
viernes, 29 de marzo de 2024
SPEED BUMP
CLÍNICA DE MEDICINA DEPORTIVADespués de consultar con mis colegas, hemos determinado que el ajedrez es un juego y no un deporte.
jueves, 28 de marzo de 2024
CARL RANDALL
miércoles, 27 de marzo de 2024
AHOGADO, POR NEIL LAWSON BAKER
martes, 26 de marzo de 2024
DICE QUE ESTOY MEJORANDO
CARBONCILLO, PASTEL, PAPEL DE CALCO SOBRE MASONITA . 30 x 40 cm.